martes, 24 de marzo de 2009

PLaN CoNTRa eL VaNDaLiSMo eN CáCeReS

Se propone llevar adelante unas medidas contra el vandalismo. Se trata de «una propuesta de actuación con el objetivo de atajar un problema, común en todas las ciudades españolas, que provoca malestar en la ciudadanía».

La Corporación municipal que los actos vandálicos se traducen principalmente en pintadas y roturas en escaparates, paredes, y mobiliario urbano, y su reparación cuesta al año más de 130.000 euros.

Para intentar ponerle freno, se va a desarrollar un plan antivandalismo que, prevé subir la multa máxima contemplada en la ordenanza de convivencia.

El plan implicará a distintas concejalías, así como a las fuerzas de seguridad a través de la Junta Local de Seguridad. «El objetivo es intentar sobre todo, que los ciudadanos, que residen en Cáceres sean conscientes de la importancia que tiene el respetar lo público», informó el Ayuntamiento.

lunes, 23 de marzo de 2009

RePeLeNTe auDiTiVo CoNTRa eL VaNDaLiSMo JuVeNiL CRea PoléMiCa eN FRaNCia


Una polémica se ha desatado ante la venta comercial sonoro contra el vandalismo juvenil, basado en un repelente auditivo que sólo perciben los menores de 25 años y que algunos vecinos han instalado en los portales para evitar las concentraciones ruidosas.

La polémica, de la que hoy se hizo eco "Le Parisien", cobra fuerza, entre los que hay organismos de gestión de viviendas sociales, hayan instalado el dispositivo para ahuyentar a los jóvenes de zonas en las que su presencia se consideraba problemática.


"Una sociedad que inventa 'la máquina para cazar a los jóvenes' se equivoca de camino", afirmó la ministra de Vivienda, en un comunicado en el que arremetió contra el dispositivo.


Para la ministra "llegar a ese grado de estigmatización y exclusión de los jóvenes muestra hasta qué punto la sociedad de los adultos ya no sabe dialogar con las nuevas generaciones".


El difusor sonoro, que se vende en Gran Bretaña y en Holanda con el nombre de "Mosquito" y que en Francia se conoce como "Beethoven", emite un molesto ultrasonido audible exclusivamente por los jóvenes, porque los adultos pierden la capacidad de percepción de las ondas con esa frecuencia.


Algunos de estos repelentes, cuyo precio es de unos 900 euros la unidad, se han colocado en los portales de aquellas viviendas, que algunos jóvenes suelen utilizar como lugar de reunión y esparcimiento.


El responsable de la misión de prevención del ayuntamiento de una ciudad de París, ha criticado el dispositivo porque "todos los críos de entre 15 y 20 años no son unos gamberros".


El sociólogo Jacques Donzelot ha explicado también en "Le Parisien" que se ha "pasado de la prevención social de la delincuencia a la disuasión urbana del delito" mediante la gestión del espacio, no solo visual sino también sonoro.


El ministro de Juventud de Valonia, presentó ayer una campaña pública para prohibir en la Unión Europea (UE) el dispositivo.

martes, 10 de marzo de 2009

VaNDaLiSMo eN LaS auLaS


Violencia en las aulas, adolescentes que agreden a sus padres, reyertas y puñaladas a las puertas de los colegios, vandalismo en las calles de las ciudades, peleas entre bandas juveniles, acoso sexual entre niños, palizas a profesores...

En tan sólo cinco años los delitos cometidos por menores en nuestro país se han triplicado. Más de la mitad de los agresores, el 57 por ciento, son extranjeros.

Los servicios sociales de la capital siguen de cerca la evolución de los casi cinco mil menores que delinquen cada año.

Pero donde más se concentra la violencia es en las grandes ciudades.

Y es que la violencia juvenil crece cada día hasta llegar a límites estremecedores. El caso más reciente, el crimen de Berga, en el que un joven de 22 años fue apuñalado por un grupo de chicos entre los que había siete menores, ha vuelto a poner sobre la mesa la gravedad, ya casi cotidiana, de este tipo de sucesos. El arma homicida, una navaja que puede comprarse en cualquier tienda, fue también el instrumento con el que cinco chavales– tres de ellos menores– acabaron en abril con la vida de un ecuatoriano de 29 años en el madrileño barrio de Arganzuela. También dos adolescentes, esta vez en Carabanchel, dieron a principios de mayo una brutal paliza de muerte a un vigilante del hospital Doce de Octubre.

Desde la Fiscalía de Madrid se alerta además de que la delincuencia juvenil es cada vez más violenta y peligrosa. «La falta y el delito de hurto y robo están dando paso a la agresión, la violencia gratuita por niños y adolescentes, quienes argumentan que mediante la violencia se sienten personas y que a través del miedo de las otras confirman su propia existencia», asegura Javier Urra, psicólogo de la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia y de los juzgados de Madrid y ex defensor del menor.

Los menores en conflicto social, asegura Urra «pueden ser más fácilmente víctimas de fallos graves educativos y convertirse en agresores». La pérdida de normas y la mala adaptación social producen, a su juicio, «incapacidad para ponerse en lugar del otro, insensibilidad y amoralidad».

Los servicios sociales de la capital siguen de cerca la evolución de los casi cinco mil menores que delinquen cada año. De ellos, más de la mitad, el 57%, son extranjeros, y el resto españoles. En cuanto a los foráneos, el 32,4% eran magrebíes; el 13,9, iberoamericanos; y el 7,94, de los países del Este, una situación que ha llevado al juez decano de la Comunidad de Madrid, José Luis González Armengol, a solicitar que se firme un convenio de cooperación con Marruecos para que estos menores cumplan las penas en los centros de su país.

El fenómeno de la violencia juvenil también tiene su reflejo en los conflictos escolares. Se ha pasado de riñas propias de la edad a agresiones mortales. En septiembre del año pasado, el suicidio del Jokin conmocionaba a la sociedad. Con 14 años se lanzó al vacío desde la muralla de su pueblo, Fuenterrabía (Guipúzcoa). En la muerte encontró el remedio para poner fin a las palizas y vejaciones que sufría de manos de varios compañeros. La autopsia demostró que tenía hematomas en cinco partes diferentes de su cuerpo. Desgraciadamente no es un caso aislado.

El pasado 24 de mayo, Cristina, de 16 años, se arrojaba por el puente de la Libertad de Elda (Alicante). Frente a Jokin, la joven sí denunció la violencia que padecía por parte de unas alumnas. Un desenlace menos dramático ha tenido un chico valenciano de 15 años, que, también víctima de agresiones, dos días después de la muerte de Cristina, intentó clavarse unas tijeras para acabar con su vida. Dos menores de su colegio fueron acusados de vejaciones y de atentar contra la integridad moral del joven. A principios de junio, la violencia juvenil se repetía en un instituto de Hospitalet de Llobregat. Tres chavales de 16 y 17 años resultaban heridos por arma blanca. Sus agresores, tres alumnos de su mismo colegio, de 15 y 16 años. Según el psiquiatra infantil Ignacio Avellosa «el verdugo necesita dos cosas: una víctima y un grupo de alumnos que le reconozca como autoridad. Agredir a una víctima es avisar de su existencia: o se está conmigo o se está contra mí y ateneos a las consecuencias».

DeTeNiDo PoR PReNDeR FueGo a LoS CoNTeNeDoReS De VaLeNCia

Agentes de la Policía Local de Valencia detuvieron ayer de madrugada a un hombre de 38 años como presunto autor del incendio de dos contenedores en la ciudad.

Los hechos se registraron alrededor de las 3.30 horas, cuando la Policía Local recibió una llamada en la que le alertaban de que habían incendiado un contenedor.

Inmediatamente, los agentes se trasladaron hasta el lugar de los hechos –donde los bomberos ya estaban extinguiendo el fuego del contenedor– y recorrieron varias calles aledañas para lograr encontrar al autor del incendio.

Poco después, vieron en la calle República Argentina a un hombre que, tras observar la presencia de los policías, salió corriendo, pero los agentes lograron alcanzarlo. A continuación, descubrieron que otro contendor, situado en esta vía, también había sido incendiado.

Por estos hechos, los policías detuvieron a este hombre, de 38 años, de nacionalidad inglesa y afincado en Valencia, como presunto autor de estos dos incendios en contenedores, según explicaron las mismas fuentes.


En Auckland, Nueva Zelanda, lo más difícil hoy es encontrar estacionamiento. La gente no tiene miedo de dejar su vehículo en la calle durante una o varias noches y que, en ese tiempo, el auto le sea robado. Tampoco hay desarmaderos, como en la Argentina.

Cuatro años atrás, en Auckland, que es la ciudad más grande de Nueva Zelanda y tiene una población de 1.237.000 habitantes, se puso en marcha un programa especial que, en sólo seis meses, logró reducir en 30 por ciento el robo de automóviles, según explicó William Godnick, investigador de Internacional Alert y de la Universidad de Bradford, en Gran Bretaña.

Como entre los adolescentes hay un preocupante nivel de consumo de alcohol, se aumentaron los controles sobre la venta de bebidas alcohólicas durante la noche y la madrugada.

En Nueva Zelanda, la inversión para tratar de impedir los hechos de inseguridad es de cuatro millones de dólares mensuales. Hay una oficina, llamada Dependencia de Prevención del Delito del Departamento del Primer Ministro y del Gabinete, que tiene como misión coordinar los recursos y las medidas para concertar asociaciones con autoridades locales, mediante el mecanismo de "consejos por una comunidad más segura".

Javi Guerrero